Avilés es una ciudad de acogida. A mediados del siglo XX acogió una de las industrias siderúrgicas más importantes de España que, por necesidad de mano de obra, multiplicó su población con gentes de todos los rincones del país. Así se convirtió en una villa mixta, de gran riqueza cultural pero enormemente contaminada.

De la Industria a la Cultura

En los últimos años, Avilés ha lavado su cara a costa de una fuerte reconversión industrial que supuso perder buena parte de su potencial económico. Ahora pelea por encontrar un hueco en el panorama cultural nacional con equipamientos veteranos y consolidados como el teatro Palacio Valdés. Y también con centros más vanguardistas, como el Centro Cultural Niemeyer, un proyecto arquitectónico donado por Oscar Niemeyer que, en sus primeras etapas de actividad, dio importantes golpes de efecto a nivel internacional, con visitas y programaciones orquestadas por su gestor cultural, Natalio Grueso. 

Por aquí pasaron desde Kevin Spacey, Woody Allen o Brad Pitt, pero una polémica financiación terminó con el proyecto de Natalio y con el gestor en la prisión de Villabona por no personarse a los requerimientos judiciales.

Las Fotografías de Avilés

Las fotos de Avilés muestran todo eso: una ciudad que se mueve entre el mundo de la cultura y su pasado industrial que ha dejado huellas y cicatrices por todas sus calles. Avilés enamora en todos los sentidos: gastronomía, cultura y arquitectura. Destaca también por poseer uno de los cementerios más bonitos de España: el cementerio de La Carriona. Para los amantes de la fotografía es imprescindible perderse por los rincones de su conjunto histórico. Los resultados siempre serán buenos.