No soy de los que suelen ir a cazar atardeceres pero muchas veces me sorprenden en plena ruta de vuelta a casa. Los acantilados de la costa de Llanes suelen estar llenos de gente buscando esos espectáculos preciosos que ofrece la combinación perfecta del mar y el atardecer. Llanes respira una tensa tranquilidad estos días. Pese a estar en temporada baja, es evidente que los cierres perimetrales de la zona urbana y de todas las fronteras de Asturias afectarán gravemente a la economía de la comarca, que depende en gran parte del turismo. Que difícil es tratar de equilibrar los vértices opuestos de la economía y la salud pero es lo que toca. Los números llenan estos días nuestras cabezas. Números rojos en los negocios pero también en fallecidos y contagiados. Quisiera uno despejar la cabeza paseando este atardecer por los acantilados de Pría sin tener la tentación de coger el móvil para revisar esas noticias que cada día se parecen más a una penitencia.
