Es tiempo de Belenes y Nacimientos. Y también de pesebres que es la palabra que se le viene a uno a la cabeza cuando ve el postureo del que se hace gala en los tiempos que corren. Montamos una Navidad social como si no estuviésemos en mitad de una pandemia. Hace unos días en Gijón, ayer en Oviedo y en Avilés, la gente se tiró a la calle seguramente cansada de perímetros, encierros y mascarillas. Es lógico y normal. Pero hay que entender que por mucha precaución que se quiera tener a nivel individual, la sociedad actúa y se mueve como un ente biológico único y pasa lo que pasa. Como no tengo la solución, tampoco quiero hacer conjeturas de como atajar esto. Y además reconozco que no tengo ni puñetera idea. Solo soy un tipo que se dedica a fotografíar la realidad, a poder ser escapando de los pesebres. Somos como el rebaño de ovejas de esta foto que hice en Tuiza. Estos animales tampoco son de pesebre navideño, pero al menos el pastor sabe a donde los lleva. Bendito rebaño de ovejas
