Paseando por Posadoiro

Llegando a Posadoiro

Aparqué en Posadoiro, un pueblo del concejo de Belmonte de Miranda, tras una larga jornada cruzando las carreteras estrechas de este concejo de la montaña central asturiana. El motor de la Honda aun seguía en marcha cuando aquellos dos perros corrieron hacia mi, separándose rápidamente de la mujer que los llamaba para que no se acercasen al forastero. En más de medio millón de kilómetros de moto que lleva uno bajo el culo, he de reconocer que he tenido mucha suerte con los amigos perrunos. Posiblemente porque uno ya es perro viejo y no dejan de verte como un congénere más. El caso es que cuando llegaron a mi vera, me olisquearon meneando la cola como si de un látigo se tratase. La mujer me dio las buenas tardes y me dijo:
-“Parez que’is caisti bien”
Mientras, uno de ellos, levantaba la pata dejando una buena meada en la rueda trasera de la Honda.
-“Pues la moto no parece que les guste tanto” dije yo mientras la señora continuaba su camino con media sonrisa en la cara, siguiendo la estela de aquellos animales que sencillamente, marcaban su territorio con alegría canina. Historias sencillas del día a día que te quedan guardadas en la memoria. Era el verano de 2006. “Ya llovió” que diría mí amigo Chus Pedro.

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