Supervivientes

Al alba, el frío cala hasta los huesos en el fondo de estos valles calizos de los Picos de Europa. Es un paisaje espectacular pero con unas condiciones de vida duras que imprimen un carácter especial. El pastoreo y la ganadería en estas tierras del Parque Nacional son actividades milenarias que, por las mismas condiciones del terreno, han tenido poca capacidad de transformación.

Marcos Remis en el concejo de Onís.  2021 ©Miki López

Incluso el uso de la maquinaria más moderna es difícil y en ocasiones peligroso en un territorio tan abrupto. Por eso es admirable la determinación de los ganaderos mas jóvenes en su empeño por continuar con una actividad que se hereda de padres a hijos, generación tras generación. He compartido más de una vez jornadas de trabajo con ellos, tratando de reflejar en mis fotos la dureza de una actividad que se desarrolla en un entorno tan bello que resulta casi idílica. Contra viento y marea, los ganaderos, pastores y queseros de los Picos de Europa, se mantienen firmes con la sólida base que les da saberse continuadores de una estirpe de supervivientes

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